El Bistro Cartagena: My Best Meal in Colombia!

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My first trip to Cartagena Colombia was a last-minute one night, two day trip with my friend Farhan (we found return flights from Medellín for roughly $65 USD!), and my dining experience at El Bistro was worth the trip alone: not only was it my best meal in Cartagena; it was honestly my best restaurant meal to date, in all of my six plus months in Colombia!

With no time to research anything before arriving in Cartagena, I took to my senses while walking around the historic centre, and after finding line after line of restaurants catering to tourists and tourist prices, El Bistro stood out immediately with its hand written menu outside, extremely affordable prices, and a number of clients waiting patiently to be seated during the lunch hour rush. The sound of people talking and enjoying their food provided a refreshing ambience in comparison to many places, where the music’s volume is often in competition with conversations.

Once seated, María went through the menu which changes on a regular basis, but I already knew what I wanted: anyone can cook up tenderloin, but tender pieces of veal tongue in a barbecue tamarind sauce? Chef Carmen’s preparation was the perfect combination of soft texture, beautiful presentation, and smooth sauce that vanished in a delicious potato purée. I couldn’t have asked for anything better.

Farhan and I shared dishes, and our second option was the jumbo tiger shrimps: I usually stay away from these, as the heads seem to take up more space than the bodies, but these were meaty and not overcooked, and their size demanded a fork and knife. Paired with golden fried potatoes and an exquisite passion fruit, rum and butter sauce, it didn’t take long to get through all of the complimentary bread as we savoured every last drop.

Before indulging in the main courses and their accompanying salads that were full of fresh fruits and vegetables (a welcome change to more traditional Colombian salads), we enjoyed a carrot soup with a subtle twist of ginger, and a delicious Caribbean fish soup, both accentuating the natural flavours of the ingredients, rather than using excessive salts and sugars.

Overall I was extremely impressed with El Bistro, which on their website is branded as European cuisine with a Caribbean influence. I later heard from friends that the ambience is completely different (and just as enjoyable) in the evenings, so my only regret is that I didn’t find the restaurant earlier and eat there again! It’s definitely a good reason to go back to Cartagena! Enjoy!

Mi primer viaje a Cartagena Colombia fue algo planificado al último momento con mi amigo Farhan, ¡cuando encontramos pasajes ida y vuelta en avion por solo $65 USD! Y para la experiencia gastronómica en El Bistro, valió la pena el viaje: no solamente fue la mejor comida que encontré en Cartagena; ¡fue mi mejor experiencia con la cocina en más de seis meses en el país!

Sin tiempo para investigar lo que ofrece Cartagena antes de llegar, me tocaba utilizar los sentidos mientras caminaba por las calles en el centro historico. Vi cuadra tras cuadra de restaurantes con menús y precios turísticos, hasta llegar a la puerta de El Bistro, con su menú del día escrito a mano en la entrada, con precios muy asequibles, y varios clientes esperando una mesa tranquilamente, desde el salón con su sofá. Aquí se puede escuchar el ambiente de un restaurante lleno de clientes conversando, disfrutando su comida; un cambio refrescante en comparación con la mayoría de los restaurantes, con la música tan fuerte que no se escucha ni la mesera, ni la conversación en tu propia mesa.

Una vez sentado, María compartió los detalles del menú que cambia regularmente, pero yo ya sabía que quería comer: es fácil preparar un lomito suave, ¿pero la lengua de ternera en una salsa barbacoa tamarindo? La chef cocinera Carmen la preparaba perfectamente, con textura suave, bella presentación, y la salsa sabrosa con consistencia increíble, combinada con puré de papas más rico; de verdad, la perfección.

Farhan y yo compartimos los platos, y el segundo fuerte fue los langostinos ‘tigre’ gigantes: normalmente no me gusta pedir langostinos, porque a menudo su cabeza pesa más que la carne del cuerpo y me quedo con hambre y una cuenta costosa. Pero esta vez, los langostinos tenían mucha carne, no estaban sobre cocidos ni secos, y su tamaño merecía un tenedor y cuchillo.  Servidos en una cama de papas crocantes y una salsa exquisita de maracuyá, ron y mantequilla, ¡aprovechamos el pan en la mesa para dejar ni una gota de las salsas en los platos!

Antes de disfrutar los platos fuertes y sus ensaladas llenas de frutas y verduras frescas (un cambio muy bienvenido aquí, donde la mayoría de las ensaladas son chiquitas y sencillas), comimos una sopa de zanahoria con un toque sútil de gengibre (así me gusta), y una deliciosa sopa caribeña de pescado, acentuando los sabores naturales de los ingredientes en lugar de utilizar sal en exceso.

Obvio que estaba muy impresionado con El Bistro y su comida, descrito en su página web como cocina europea con influencia caribeña. Otros amigos me dijeron que el ambiente y menú es distinto (e igualmente impresionante) por la noche, ¡así que me toca volver a Cartagena para poder probar todo en sus menús con tiempo! ¡Buen provecho!

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